jueves, 2 de agosto de 2012

Muy buenas y calurosas noches.
Antes de nada decir que estoy con el ordenador que me tiene manía y no me deja cambiar de color.
Hoy tengo la necesidad de contar mi indignación.
En esta ocasión no es debido a la crisis ni a los Políticos ni con que solo tengamos una medalla olímpica.
Mi enorme indignación es con esos hijos que se aprovechan sin miramientos de sus padres ancianos.
Camuflados bajo la escusa de que la persona mayor necesita cuidados. Se hallan unos hijos sin escrúpulos que se creen que tienen todo el derecho de sacarles hasta las entrañas si fuese necesario sin sentir el más mínimo pudor.
En muchos casos el anciano no necesita de cuidados especiales, simplemente un plato de comida y lo esencial para una vida digna como se tiene merecida por toda una vida. Que en la que en la mayoría de los casos lo han dado todo por sus hijos.
Pues bien ahí están esos hijos que por lo que se ve, no han recibido lo bastante que cuando es el PADRE O LA MADRE los  que necesitan de cuidados, no solo les supone una enorme carga si no que les cobran hasta por mirarlos.
Creo que muchos de estos ancianos, de no ser por la cultura de que uno tiene que estar con los suyos, en  muchos casos estarían mejor cuidados y mirados en una residencia, sin olvidar que a muchos les saldría más barato.
Yo siempre pienso y creo que en alguna ocasión lo he comentado, que en esta vida todo antes o después se paga y este tipo de personas, no van a ser una excepción .
Pues ganado se lo tienen. Se merecen un trato por lo menos como el que ellos han dado. Aunque si de mi dependiese les daría unas tacitas más de su jarabe.
No puedo entender como se le puede cobrar a tus padre por un plato de comida. Cuando por el contrario y en casos pueden pasarse  el tiempo invitando a amigos o a otros familiares a comer, cenar etc.
Nuestros mayores son nuestra raíces y en gran parte lo que llegamos a ser los hijos.
Claro esta que hay padres y padres, pero sean como sean siempre son tus padres.
Si somos capaces de compadecernos de gente ajena que esta pasando por penurias, si somos capaces de apadrinar niños del tercer mundo, si acogemos a animales abandonados.
¿Qué pasa cuando a  nuestros ancianos se refiere?

El hacerse mayor no deja de ser, por un lado una alegría y por otro una “jodienda” en el momento que tienes que necesitar ayuda.
En fin un gran “sois unos miserables” para todos estos hijos donantes de corazón y que el futuro les depare lo que se merecen.
Acabada mi terapia, espero que nadie que me lee se haya visto reflejado, de ser así.
Es mejor rectificar, te sentirás feliz y en paz contigo mismo. Pues tiene que ser muy duro el luchar con la conciencia, si se tiene, claro.
Como sabéis yo solo tengo una hija.
Pues espero  no cambiar de manera de pensar y que mi cabeza siga lo suficientemente clara para poder organizar, mi vejez sin dar mucho la lata, pues no creo que mi hija no me quiera por el echo de que no viva con ella.  
No me olvido. Tengo que contar más cosas de mi como madre.
No se pierdan el próximo capitulo.
Un abrazote grande, grande.
     
  
Son un amor

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