domingo, 23 de septiembre de 2012


Muy buenas.
No, el calor no acabo conmigo.
He estado ocupadísima y de viaje de trabajo.
Desde mi viaje, una noche de esas que suelo tener de insomnio, os escribí, pero en papel, por lo cual ahora os cuento lo que escribí.
Me encontraba en una ciudad de China, una de esas ciudades de solo 17 millones de habitantes.
Lo titule desde China con amor. Eran las tantas de la madrugada. El cambio horario me dura unos tres o cuatros días, con lo cual mi facilidad para ser insomne se agudiza.
Os contaba mi frustración en los largos viajes en avión.
Me explico. En todos y cada uno de mis viajes, siempre y ineludiblemente viaja en el mismo vuelo alguna “ buenorra”. Una mujer, que más que para pasarse 12 horas de vuelo, visten como para ir de fiesta. Estas suelen ir con tacones y monísima de la muerte. Yo por lo contrario suelo ir lo más cómoda posible para retozar por el avión. Mi frustración es por lo siguiente.
A mi, y por más que hago se me hincha el cuerpo cual globo aerostatito. Mis pies se desparraman dentro de mis zapatos, sean los que sean, la ropa se me queda, como si llevase dos tallas menos y mi pelo se electrifica de tal manera que el trabajo es tremendo, para organizarlo. Como no, en el momento que noto que queda poco para la llegada, me voy al mini lavabo y trato lo mejor posible de adecentarme. No creáis el cambio no es muy notable antes y después de pasar por el baño. Pues bien una vez llegados a destino con cara de sueño, de hambre y sintiéndote como si llevase una semana sin ducharme. Ves a lo lejos que se acerca la “ buenorra “ la muy……………. Como acabada de salir del centro de belleza, osease impresionante.
En ese momento es cuando me asalta y me mata la curiosidad y la envidia, porque yo me pregunto; Donde se meten para llegar así? Que pasa que la altitud a las guapas no les afecta, ellas no se hinchan, no se despeinan. Vuelan en el borreguero como yo, las horas son las mismas y los asientos también son iguales. Y porque yo llego como si me hubiese pasado las 12 horas revolcándome por el avión y ellas llegan perfectas. Os ruego que si conocéis a alguna de estas maravillosas mujeres, que les preguntéis el secreto y luego me lo contais, porque llevo 25 años con la misma incertidumbre.
En otra ocasión os contare mi experiencia un día que quise volar arregladísima.
Por hoy esta bien el rollo.
Felices sueños y cuidaros mucho.

     Quiero adjuntar una foto, pero no puedo.