lunes, 23 de diciembre de 2013

GFF

                LA PISCINA HINCHABLE

                              

Antes de empezar, quisiera reseñar, para no llevar a confusión a todo aquel posible lector,  que en esta historia todos los personajes, no sólo sus nombres,  son ficticios y producto de mi imaginación, no así la circunstancias en las que se ven envueltos, basadas, todas ellas,  punto por punto, en hechos reales.  (Realismo mágico 2.0)

Por ser este escrito de gran dimensión para este medio de publicación, y no querer abusar de la paciencia ni restar demasiado tiempo de una sola vez al lector, lo pasaré en varias partes o capítulos en intervalos de tres o cuatro días.
(Vanitatis 2.0)

         
                                          CAPITULO I
                                 
                          

“Esto es una trampa mortal”

(San Sebastián. Madre de la Novia)

“Yo un año más me quedo sin vacaciones. Para llevarlo mejor, he puesto una piscina en la terraza, en esta ocasión demasiado grande pues por aquello de ande o no ande caballo grande”

(Blog. Madre de la Novia)

LA MUERTE COMO EXPERIENCIA Y OTRAS
    CONSIDERACIONES  EXISTENCIALES

              He prologado este escrito con dos significativas citas de la MDLN. (Madre De La Novia)  Una, la primera,  pronunciada con estupor en  circunstancias que no deseo recordar en este momento,  y otra, escrita tal vez con demasiada ligereza en este mismo blog.

 Ambas, relacionadas, explican el motivo por el cual me he decidido a escribir la experiencia más luctuosa  y trascendental de mi vida, aquella en la que, este verano, me enfrenté íntimamente con la muerte. No quiero que quien lea esta confesión piense que la MDLN es la causante de tan aciago suceso. No.

 Y si lo fue, como relataré, fue como causa circunstancial, no premeditada y mucho menos alevosa, pues ella misma pudo correr la misma y desgraciada suerte.
                                          
 Qué consorte, en su largo o corto matrimonio, no ha puesto alguna vez a su compañero o compañera en peligro de muerte. Sea  al sujetar una escalera desvencijada para colocar una cortina, sea por el equívoco de un condimento,  por un fogón,  estufa u horno mal apagado; en un adelantamiento automovilístico mal calculado, un suelo en demasía encerado, o como en mi caso, al instalar una inofensiva y simple piscina hinchable para solaz recreo familiar.

Todos, casi sin excepción, podríamos relatar un incidente de estas desagradables características, en el que uno de los consortes  ha podido enviudar al otro.   Y yo, hoy, sin el menor ánimo  de rencor o reproche, quiero contarles las circunstancias que me llevaron a estar más muerto que vivo; lo sucedido el aciago día en el que la muerte, abrazándose a mi cual amante y apasionada esposa me robó el aliento y silenció durante largos segundos el latido de mi corazón.

 No, no guardo en ese mismo corazón salvado in extremis resentimiento. No. Tal vez  lo contrario. Por nada en el mundo deseo volver a pasar por tan terrible experiencia, si no es en aras de la Novia, de la cual soy padre, o mi propia esposa.

 Pero, ya pasado,  doy por bueno dicho trance, pues desde entonces, mi vida ha adquirido nuevos valores, sentido y prioridades. Y sin lugar a duda, me ha tornado más reflexivo y tolerante.

La vida es un regalo que se nos da prestada después de infinito azares que se han sucedido durante millones de años en el conjunto de todas las cosas creadas.

Debemos pues asumir la fragilidad de la vida, sin miedos ni pesares. Lo contrario nos aboca sin remedio a la infelicidad. Siendo la felicidad el objetivo primero y últimos al que debemos tender.

 No hay más díos que la misma naturaleza. Y ésta sólo puede existir en la finitud de todas las cosas. Nuestra existencia es menor al zeptosegundo, es decir, a la mil trillonésima parte de un segundo. Pero… todo es tiempo. 

Bajo el aspecto de eternidad, (Sub specie aeternitatis según el filosofo Spinoza)  el hombre no se diferencia en nada de cualquier otro ser. “ Un hombre feliz en nada piensa menos que en la muerte” ( Etica IV, proposición LXVIII)

 En esta época de incertidumbre, estrés, de falta de valores éticos y morales,  la obra de Spinoza está considerada  terapéutica,  autentico consuelo filosófico (consolation philosophiae) Léanla. Su lectura no es fácil y requiere de gran paciencia, pero sus definiciones, Axiomas, Postulados, Lemas, Proposiciones y Escolios, son pura satisfacción intelectual.

Por sus supuestas y equivocadas opiniones, errónea conducta  y horribles herejías que practicaba y enseñaba según los próceres religiosos de la época, Baruch Spinoza fue un racionalista excomulgado con un  terrible decreto en  1656, del que resalto algunas de sus sentencias:

  Por la decisión de los ángeles, y el juicio de los santos, excomulgamos, expulsamos, execramos y maldecimos a Baruch de Spinoza

MALDITO SEA DE DIA Y MALDITO SEA DE NOCHE; MALDITO SEA CUANDO SE LEVANTA; MALDITO SEA CUANDO SE ACUESTADE; maldito sea cuando sale y maldito sea cuando regresa. Que el Señor no lo perdone.

Que la cólera y el enojo del Señor se desaten contra este hombre y arrojen sobre él todas las maldiciones escritas en el Libro de la ley

Ahí es nada. Pero no nos engañemos, esos próceres que excomulgaron a Spinoza, siguen existiendo.

Y sin más, paso a relatar la historia de cómo estuve más muerto que vivo, cuando, parafraseando a mi esposa, una inofensiva piscina hinchable se convirtió en una trampa mortal.

                                           LA ESPECIALISTA EN    
                                          PISCINAS HINCHABLES
                                                  
Desde hace más de 20 años, cada verano, sin excepción, hayamos salido de vacaciones o no, jamás ha faltado en mi casa la tradicional compra de la piscina hinchable. Ésta, es tan consustancial a nuestros estíos, que si un año no la compráramos, estoy seguro que  los metereólogos debatirían si ese año habría o no habría habido verano.

En tal caso  de debate, los científicos llegarían sin duda a una conclusión negativa aunque sólo fuera por simple lógica silogística. Verbigracia: Si una golondrina no hace verano, la falta de una piscina hinchable en la casa de los padres de la novia, tampoco.

Como bien habrán imaginado por el proemio, la encargada de la compra de la piscina hinchable es, sin duda alguna, la MDLN. La cual, a lo largo de los años se ha convertido en una gran experta.

 Sus minuciosas observaciones sobre las mismas  pueden en legitimidad considerarse cuasicientíficas, ya que éstas abarcan todos los campos: desde el pavimento donde se asientan, la calidad de las capas de PVC de la que están formadas, la presión del hinchado y los filtros de limpieza, hasta el  saneamiento del agua.

Observaciones que cada año son  redactadas por ella misma y por escrito con todo lujo de detalles en los formularios de control de calidad que los fabricantes ponen al servicio del cliente consumidor.

La meticulosidad  de dichos informes, a lo largo de los años, han adquirido tan merecido prestigio que se han convertido por derecho propio en ineludibles ponencias en los consejos de administración de las empresas fabricantes 

El prestigio de la MDLN como especialista en piscinas hinchables para recreo familiar, se ha extendido tanto por el mundo, - mayoritariamente por China, donde se hallan las principales  fábricas – gracias a los medios de comunicación y, por qué no decirlo, al espionaje industrial, que desde hace ya años,  a partir del mes de Febrero, no deja de recibir correos electrónicos de fabricantes publicitando las bondades de sus piscina deseosos de que su marca adquiera  renombre al ser seleccionada por la MDLN.


Y hasta aquí el primer capítulo. En próximo narraré el primer contacto que tuve con el fabricante del artefacto (piscina hinchable) que me transportó durante varios zeptosegundos antes las mismas barbas San Pedro.
                         
                               

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